Tomares vivió ayer una nueva edición de una de las celebraciones más tradicionales de la localidad, el Corpus Christi, cuya procesión recorrió las calles del municipio acompañada de vecinos y de los niños que este año han hecho la Primera Comunión.
El acto central de esta festividad es la procesión, que salió a las 9 de la mañana de la iglesia Nuestra Señora de Belén, donde numerosos vecinos se arremolinaron desde primeras horas de la mañana para contemplar la majestuosa Sagrada Forma que portaba el párroco de la localidad, Ramón Díez de Cortina y Consuegra.
Presidida por el alcalde, José Luis Sanz, a la cita acudieron diferentes miembros de la corporación municipal, y los hermanos mayores de la Hermandad Sacramental y de la Hermandad del Rocío de Tomares. Los niños tomareños que este año han realizado la Primera Comunión también se sumaron al acto, abriendo la comitiva y añadiendo algarabía en la solemnidad de la procesión.
Todos recorrieron las calles más céntricas de Tomares, que fueron engalanadas por los vecinos. Majestuosos y llamativos altares, mantones, colgaduras y alfombras de romero y de flores fueron, tan solo, algunos de los elementos que lucieron ayer con todo su esplendor para acoger el paso del Cristo.

El acto central de esta festividad es la procesión, que salió a las 9 de la mañana de la iglesia Nuestra Señora de Belén, donde numerosos vecinos se arremolinaron desde primeras horas de la mañana para contemplar la majestuosa Sagrada Forma que portaba el párroco de la localidad, Ramón Díez de Cortina y Consuegra.
Presidida por el alcalde, José Luis Sanz, a la cita acudieron diferentes miembros de la corporación municipal, y los hermanos mayores de la Hermandad Sacramental y de la Hermandad del Rocío de Tomares. Los niños tomareños que este año han realizado la Primera Comunión también se sumaron al acto, abriendo la comitiva y añadiendo algarabía en la solemnidad de la procesión.
Todos recorrieron las calles más céntricas de Tomares, que fueron engalanadas por los vecinos. Majestuosos y llamativos altares, mantones, colgaduras y alfombras de romero y de flores fueron, tan solo, algunos de los elementos que lucieron ayer con todo su esplendor para acoger el paso del Cristo.
TOMARES DIGITAL / REDACCIÓN