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Pepe Cantillo | Carta a mi nieto

Querido nieto: esta carta de felicitación no llegará a tus manos hasta que tengas algunos años más y sepas leer. Es una carta muy especial, con la que pretendo transmitirte todo el cariño que “los abu” (abuelos) puedan ofrecerte –antes y ahora– y algunos datos de las circunstancias especiales que embadurnaban este mundo al que habías llegado, como consecuencia del covid-19. Mi intención es revivir en tu mente eventos ya pasados y clarificarte algunos datos importantes sobre tu onomástica y tu cumpleaños.



Además de lo ya dicho, es una carta especial en la que explicarte algunas cuestiones relacionadas con el origen de tu patronímico (“nombre propio de una persona que deriva del nombre de su padre o de otro familiar”). En este caso, tu nombre no procede ni de tu padre ni de ningún otro familiar. Ahora te explico su origen.

Es el objetivo de esta carta, asociado a la misiva de bienvenida de hace ya dos años, cuando tomaste tierra en la estación de este mundo actual, en un momento algo complicado sanitariamente hablando. Te recuerdo que empezamos el año 2020 con una plaga de sinsabores, angustias, soledad y pérdida de algunas personas cuando aterrizó entre nosotros el covid, cargado de contagios, enfermos, muertos, encierros generales como si fuéramos asesinos…

Dicho tiempo inhumano, nunca mejor calificado, duró hasta parte del año 2022. Y aun tenemos dudas sobre la pervivencia del mismo. Pero vaya, corto el runruneo de un parloteo largo, pesado y aburrido del que ya ni queremos acordamos, aunque las heridas que dejó siguen aun presentes.

El motivo principal de esta carta es recordarte y explicarte el origen y la posible antigüedad o novedad de tu nombre. Si ya te lo han relatado, estupendo. En caso contrario, te daré parte de la información y, si dejo dudas, ya las completarás tú. Pretendo despertar tu curiosidad.

Te cuento cómo, cuándo y por qué tu nombre aparece como onomástica (nombre propio) en nuestro país. Teo, como “conjunto de nombres propios de un lugar o de un país”, es muy reciente. Se puso de moda en el año 2016, hace solo seis años.

El motivo y la razón es de pura curiosidad: alguien indagó y buscó un nombre corto y desconocido (o poco conocido) para un bebé presto a nacer. El origen griego de la palabra “theo” es tan viejo como los años que ha cumplido la humanidad, pero no se reconocía como nombre propio. Volveré sobre ello.

Dicho nombre se aplica a personas desde hace más o menos seis años y, actualmente, son muy pocos los niños que se llaman así. Digamos que no le ha dado tiempo para hacerse popular. Puede ser. También es posible que no entusiasme mucho por carecer de historia o, incluso, por ser corto pero poco llamativo. Al menos, cumple la primera razón.

¿Cómo aparece? Tengo dos posibles orígenes para dar una razonable explicación. Alguien busca y rebusca un nombre propio de corto contenido en letras y le llama la atención la palabra “teo”. ¡Eureka, lo encontré! ¡Este me vale!

Te cuento: la palabra “theo” es un prefijo o sufijo de origen griego y viene a significar “presencia de dios”. Dicha palabra entra en la formación de nombres y adjetivos con el significado de “dios, presencia de dios”. Como ejemplo, valga Teodoro o Doroteo. Dicho nombre, repito, se puso de moda hace solo unos cinco o seis años.

Según estadísticas generales, en España viven aproximadamente unos 1.200 sujetos que se llamen “Teo” y ahora tendrán una edad promedio de cinco o seis años. Empieza a ser usado, aunque por lo corto que es, más bien parezca un diminutivo; pero también puede que sea dejado de lado por ser el nombre de un personaje de tebeo (ahora especificaré un poco mejor).

Referencia psicológica dada de antemano a los posibles “Teo”. Califico dicha referencia “de antemano” porque si el nombre aparece entre nosotros hace media docena de años, es imposible hacer un retrato-robot sobre virtudes, vicios y defectos de dichos sujetos.

Dicen que las personas portadores de este nombre suelen ser muy agradables y muy sociables, discretas y respetuosas. Eso es lo que dicen algunos “adelantadillos”. Vale, pero a priori hay que decir que también suelen ser afables, atentos y cariñosos, más que otras muchas personas con nombres más bonito o más agraciados. Es posible.

Vale, pero también pueden ser o son bruscos, por no decir otra cosa más bruta. La psicología “adelantadilla” dice que a los que llevan este nombre les gusta reflexionar sobre la vida y tener cerca a sus familiares y amigos. Y ¿a quién no?

El Teo de los cuentos nace en España en 1977 como personaje de una colección de tebeos infantiles. En 2007 cumplió 30 años desde que inició su andadura en el mundo de la literatura infantil, donde ha ido ganando, año tras año, la atención del mundo de los pequeños. A fecha de hoy llena un amplio espacio literario, tanto en papel como en videos de Internet.



¿Cuál es el significado del nombre Teo? Entre los diversos materiales que he ido indagando, amén de darnos una explicación, hasta he encontrado un reflejo psicológico de cómo será Teo (cualquier Teo) conforme siga creciendo. Dicho reflejo lo he citado unas líneas más arriba.

Nombre de origen griego, específicamente de la palabra "theos", que significa “dios”. Podemos usarlo como prefijo o sufijo (Teo-doro o Doro-teo). También podría ser, según algunos expertos, un diminutivo de Teodoro o Doroteo con el significado de “regalo de dios”. Pero tal diminutivo tendría que referirse a un amplio abanico de "-teos" o "Teos-".

Teo nace como titular de una colección de cuentos que se irán esparciendo –y, a la par, acumulando– hasta hacerse famosos –al ser traducidos– sus más de 150 títulos a diversos idiomas. Actualmente son unas 15 lenguas en las que aparece. El cuento escrito es acompañado, yo diría que casi arrinconado, por el uso de la producción en videos.

Teo, has crecido física y mentalmente. Tus ojitos negros escudriñan todo lo que se pone al alcance de tu mirada y empiezas a preocuparse por todo aquello que te rodea. Ante cualquier elemento llamativo, desde que parloteas, siempre respondes "es mío, mío". Todo es tuyo, ¡chaval! La curiosidad es una de tus constantes.

Cuando pase algún tiempo te preguntarás por qué te llamas Teo y comprobarás que con un nombre como el tuyo –cortito, sonoro, novedoso– no hay muchos niños, o amiguitos que lo usen. ¿Por qué? Problema de tiempo y falta de publicidad. Puede ser.

De momento, esto es solo un adelanto de lo que irás aprendiendo conforme vayas siendo mayor y tu capacidad de comprender a las personas, junto con las cosas que nos rodean, te permita interiorizar momentos, emociones, éxitos y fracasos, de los que también se aprende, aunque digan que no, máxime si solo defienden un eterno y falso mundo feliz.

Me explico. El valor de la vida está ligado a momentos cargados de felicidad, de alegría, de placer y, a la par, de sufrimiento que puede traernos un daño hiriente, una enfermedad, la pérdida de personas queridas, un tropezón con las piedras del camino. Éxito y fracaso, te repito, también educan y nos hacen más fuertes.

Termino estas líneas. Espero que crezcas cada día más feliz, cariñoso con tus padres y hermana. Para querer a los demás hay que ser generoso, abierto y comprensivo. Cargado de generosidad. Por supuesto, el mundo no se acaba en el clan familiar: hay que abrirse y compartir todo lo que se pueda con los demás.

Naciste el 31 de agosto de 2020. No tuvimos la suerte de darte la bienvenida al nacer. El virus impidió que nos dejaran verte. Bueno, eso fue lo que nos dijeron. Tu onomástica, en caso de que quisieras celebrarla, es el 23 de enero. Te diré que en la actualidad se celebra más el día del nacimiento que el llamado “santo”. A lo largo del camino te irán guiando en un sentido u otro, para que seas tú quien elija la festividad.

Con todo nuestro cariño, desde el corazón, los “abus” te enviamos un beso fuerte. Feliz cumpleaños.

PEPE CANTILLO
FOTOGRAFÍA: DAVID CANTILLO