La sangría poblacional que ha experimentado la capital en los últimos años parece que se ha frenado, según los datos proporcionados por el Ayuntamiento de Sevilla al Instituto Nacional de Estadística (INE), que cada año revisa el padrón municipal. La revisión a 1 de enero de 2014, que oficialmente no se publicará hasta el próximo enero, recoge un total de 703.261 habitantes en la capital, lo que supone una leve subida con respecto a años anteriores.
Inicialmente la Delegación provincial de Estadística cifró en 696.129 los habitantes de la capital a 1 de enero de 2014, pero el dato ha sido corregido al alza por los servicios municipales al incluir algunas variaciones que se habrían producido en el padrón.
Éste sería el primer incremento registrado durante el mandato de Juan Ignacio Zoido. Cuando el PP llegó a la alcaldía la población se situaba oficialmente en 703.021 habitantes y desde entonces ha ido cayendo progresivamente hasta situarse en la última revisión, en enero de 2013, en poco más de 700.000 habitantes.
En cualquier caso, la pérdida de población es algo que preocupa bastante al gobierno municipal, cuyo objetivo es reflotar la ciudad en todos sus aspectos. De hecho, el equipo de Zoido ya puso en marcha este mismo año un plan para frenar la caída del censo que consistía en la congelación de impuestos y tasas para incentivar el empadronamiento en la ciudad.
Por ahora, no parece que la causa de esta recuperación esté precisamente en el plan municipal, puesto que la variación en el padrón tiene más que ver con un crecimiento vegetativo positivo y con las altas de personas que regresan a la ciudad. Por otro lado, el padrón provisional recoge también la pérdida de 2.342 extranjeros que dejan de figurar al haber caducado sus inscripciones.
La inmigranción, no obstante, ha ido decreciendo en los últimos años, lo que no ha permitido frenar la caída del censo. En anteriores mandatos, el gobierno municipal logró amortiguar la bajada empadronando precisamente a inmigrantes, pero en la actual coyuntura, el actual alcalde se ha visto obligado a buscar otras soluciones.

Inicialmente la Delegación provincial de Estadística cifró en 696.129 los habitantes de la capital a 1 de enero de 2014, pero el dato ha sido corregido al alza por los servicios municipales al incluir algunas variaciones que se habrían producido en el padrón.
Éste sería el primer incremento registrado durante el mandato de Juan Ignacio Zoido. Cuando el PP llegó a la alcaldía la población se situaba oficialmente en 703.021 habitantes y desde entonces ha ido cayendo progresivamente hasta situarse en la última revisión, en enero de 2013, en poco más de 700.000 habitantes.
En cualquier caso, la pérdida de población es algo que preocupa bastante al gobierno municipal, cuyo objetivo es reflotar la ciudad en todos sus aspectos. De hecho, el equipo de Zoido ya puso en marcha este mismo año un plan para frenar la caída del censo que consistía en la congelación de impuestos y tasas para incentivar el empadronamiento en la ciudad.
Por ahora, no parece que la causa de esta recuperación esté precisamente en el plan municipal, puesto que la variación en el padrón tiene más que ver con un crecimiento vegetativo positivo y con las altas de personas que regresan a la ciudad. Por otro lado, el padrón provisional recoge también la pérdida de 2.342 extranjeros que dejan de figurar al haber caducado sus inscripciones.
La inmigranción, no obstante, ha ido decreciendo en los últimos años, lo que no ha permitido frenar la caída del censo. En anteriores mandatos, el gobierno municipal logró amortiguar la bajada empadronando precisamente a inmigrantes, pero en la actual coyuntura, el actual alcalde se ha visto obligado a buscar otras soluciones.
TOMARES DIGITAL / REDACCIÓN