El presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, tomó posesión esta semana como senador por Andalucía. La llegada del líder de los populares andaluces, que ha tardado varias semanas en producirse desde que el malagueño se hiciera con las riendas del partido, ha supuesto la salida de Antonio Sanz de la cámara alta, pero también ha provocado que sea compañero de escaño del mismo político al que disputó la presidencia del partido, en este caso el exsecretario general, José Luis Sanz, que partió como favorito en el proceso previo al congreso.
Moreno Bonilla compartirá asiento con el que fuera hace solo unos meses su contrincante y aspirante a presidir el PP-A, el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, que era el que aparecía en todas las quinielas hasta que sorpresivamente fuera designado el malagueño para dirigir el partido.
Sanz, que desde las elecciones generales de noviembre de 2011 es senador y que desde que quedó descabalgado de la dirección del partido está centrado en la alcaldía de la localidad, tendrá que verse las caras al menos cada dos semanas (los plenos de la cámara alta suelen celebrarse cada quince días) y sentarse muy cerca del que fuera su rival y ahora es su jefe de filas. Aunque quienes lo conocen saben que Sanz es un disciplinado hombre de partido, que supo retirarse con elegancia de la carrera por el liderazgo del PP-A. No obstante, la situación no deja de ser un tanto chocante.
Pero además de Sanz y Moreno Bonilla en ese grupo parlamentario del Senado también hay un tercer político en discordia: Javier Arenas. El vicesecretario general de política autonómica y también expresidente del PP-A es compañero de escaño en el Senado. Arenas, que en otros tiempos fue mentor de José Luis Sanz, es hoy por hoy es uno de los principales apoyos de Moreno. Ahora los tres tendrán que sentarse juntos y compartir plenos y votaciones.

Moreno Bonilla compartirá asiento con el que fuera hace solo unos meses su contrincante y aspirante a presidir el PP-A, el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, que era el que aparecía en todas las quinielas hasta que sorpresivamente fuera designado el malagueño para dirigir el partido.
Sanz, que desde las elecciones generales de noviembre de 2011 es senador y que desde que quedó descabalgado de la dirección del partido está centrado en la alcaldía de la localidad, tendrá que verse las caras al menos cada dos semanas (los plenos de la cámara alta suelen celebrarse cada quince días) y sentarse muy cerca del que fuera su rival y ahora es su jefe de filas. Aunque quienes lo conocen saben que Sanz es un disciplinado hombre de partido, que supo retirarse con elegancia de la carrera por el liderazgo del PP-A. No obstante, la situación no deja de ser un tanto chocante.
Pero además de Sanz y Moreno Bonilla en ese grupo parlamentario del Senado también hay un tercer político en discordia: Javier Arenas. El vicesecretario general de política autonómica y también expresidente del PP-A es compañero de escaño en el Senado. Arenas, que en otros tiempos fue mentor de José Luis Sanz, es hoy por hoy es uno de los principales apoyos de Moreno. Ahora los tres tendrán que sentarse juntos y compartir plenos y votaciones.
TOMARES DIGITAL / REDACCIÓN