Casi no ha amanecido pero ya se dirigen a los viñedos. Allí, con los primeros rayos de sol, los vendimiadores empiezan a recolectar la uva. En unas horas, cuando el astro rey esté arriba, calentando sin piedad, su jornada laboral en el campo se terminará. Para entonces habrán tenido que recolectar, cada uno, mil kilos de uvas. Es la vendimia, una arraigada tradición que llena de actividad los campos sevillanos cada mes de septiembre. Algo más adelantada que en anteriores ocasiones, se encuentra ya en su recta final.
Con destreza trasladan lo recolectado a las bodegas. Allí, la prensa, las máquinas, las barricas… todo está listo para elaborar los caldos de la provincia. Esos que, comenzando por el mosto, se podrán degustar en un mes. En Sevilla, miles de kilos de uvas se recolectan cada año. Éste no lo será menos. Ha sido una buena campaña. El invierno lluvioso ha contribuido a ello. «La calidad de ésta es magnífica. La uva ha alcanzado una maduración excelente», asegura Rafael Salado mientras recorre sus viñedos de Los Clérigos, en Huévar del Aljarafe.
Desde hace 200 años, su familia cultiva la vid, produciendo algunos de los mejores caldos del Aljarafe en sus bodegas de Umbrete. Hoy finaliza para él y su plantilla la vendimia. Desde mediados de agosto han recogido unos 300.000 kilos de uva de los que se obtendrán 220.000 litros de vino.
Durante este tiempo, su plantilla crece varias decenas: casi 40 personas en los viñedos y unas cuatro en las bodegas. Muchos son vecinos de la zona. Otros forman parte de cuadrillas extranjeras que vienen expresamente para la vendimia.
Abriendo mercados
Conscientes de que los vinos sevillanos tienen que reclamar su sitio entre el gran público y buena parte de los hosteleros, Bodegas Salado no deja de innovar en su sector. Si el pasado año sorprendía con una nueva variedad de su cava «Umbretum», el brut nature, este curso quiere dar un «salto cualitativo», como ellos mismos afirman, lanzando una nueva gama de productos: un vermut, un vino de naranja y un blanco crianza.
Ahí no queda todo. Su mayor novedad será la creación del primer tinto crianza de toda la comarca del Aljarafe. Un caldo que, haciendo honor a la denominación de esta zona, se presenta con el nombre de «Turdetano». Tras algunos años trabajando en él, Salado confía en la calidad de su vino del que se van a comercializar 5.000 litros a principios de 2015.
Rutas por los viñedos, catas, jornadas de puertas abiertas…. Bodegas Salado ha configurado una completa programación de turismo neológico. Además de ello, la bodega umbreteña es miembro de la Asociación de Vinos y Licores de Sevilla. A final de mes firmarán el primer convenio de Turismo Enológico de la Provincia.
El próximo reto: la creación de una Denominación de Origen de la provincia de Sevilla. Una idea en la que ya están trabajando numerosas bodegas y que puede dibujar un halagüeño futuro para el vino sevillano.
Con destreza trasladan lo recolectado a las bodegas. Allí, la prensa, las máquinas, las barricas… todo está listo para elaborar los caldos de la provincia. Esos que, comenzando por el mosto, se podrán degustar en un mes. En Sevilla, miles de kilos de uvas se recolectan cada año. Éste no lo será menos. Ha sido una buena campaña. El invierno lluvioso ha contribuido a ello. «La calidad de ésta es magnífica. La uva ha alcanzado una maduración excelente», asegura Rafael Salado mientras recorre sus viñedos de Los Clérigos, en Huévar del Aljarafe.
Desde hace 200 años, su familia cultiva la vid, produciendo algunos de los mejores caldos del Aljarafe en sus bodegas de Umbrete. Hoy finaliza para él y su plantilla la vendimia. Desde mediados de agosto han recogido unos 300.000 kilos de uva de los que se obtendrán 220.000 litros de vino.
Durante este tiempo, su plantilla crece varias decenas: casi 40 personas en los viñedos y unas cuatro en las bodegas. Muchos son vecinos de la zona. Otros forman parte de cuadrillas extranjeras que vienen expresamente para la vendimia.
Abriendo mercados
Conscientes de que los vinos sevillanos tienen que reclamar su sitio entre el gran público y buena parte de los hosteleros, Bodegas Salado no deja de innovar en su sector. Si el pasado año sorprendía con una nueva variedad de su cava «Umbretum», el brut nature, este curso quiere dar un «salto cualitativo», como ellos mismos afirman, lanzando una nueva gama de productos: un vermut, un vino de naranja y un blanco crianza.
Ahí no queda todo. Su mayor novedad será la creación del primer tinto crianza de toda la comarca del Aljarafe. Un caldo que, haciendo honor a la denominación de esta zona, se presenta con el nombre de «Turdetano». Tras algunos años trabajando en él, Salado confía en la calidad de su vino del que se van a comercializar 5.000 litros a principios de 2015.
Rutas por los viñedos, catas, jornadas de puertas abiertas…. Bodegas Salado ha configurado una completa programación de turismo neológico. Además de ello, la bodega umbreteña es miembro de la Asociación de Vinos y Licores de Sevilla. A final de mes firmarán el primer convenio de Turismo Enológico de la Provincia.
El próximo reto: la creación de una Denominación de Origen de la provincia de Sevilla. Una idea en la que ya están trabajando numerosas bodegas y que puede dibujar un halagüeño futuro para el vino sevillano.
TOMARES DIGITAL / REDACCIÓN
